miércoles, 4 de septiembre de 2013

Toma el control de tu personaje

"Por favor, Sturm - , dijo Tanis en voz baja. - Confía en mí. Esta no es nuestra hora de morir."- Tanis, el Semielfo
Derechos de la Imagen: (c) Larry Elmore
La excusa más absurda para no hacer algo con tu personaje y que se suele escuchar bastante en las mesas de juego de todo el mundo es:

"Mi personaje no haría eso"

Decir esto es darle un bofetón a la historia, negarse en redondo a participar, y realmente dice poco del jugador que pronuncia las palabras. Es mucho más productivo desatarse de las ideas preconcebidas de lo que es tu personaje, participar en la historia y pensar el por qué.

Por ejemplo ¿por qué tu paladín está haciendo una misión para ese noble que alberga nigromantes en su castillo? ¿tiene motivos ocultos, como investigar de cerca a ese noble para hallar la raíz del mal que lo tiene atenazado? ¿sentimiento de compañerismo por el resto del grupo que necesita hacer la misión?

Los personajes en situaciones incómodas son la esencia de la historia, el pan de cada día. Y si no recuerda el enorme viaje (y regreso) de cierto Hobbit llamado Frodo que en lugar de quedarse en la comodidad de su hogar (que es lo que hubiera hecho cualquier hobbit) lió el petate y se fue con Gandalf.

Si intentas explicar las acciones de tu personaje, o no quieres seguir las decisiones del grupo, tal vez los motivos de tu personaje no sean los correctos. Recuerda que no están escritos en piedra, que eres tú el que lo hace evolucionar, y si no estás trabajando con el grupo, tal vez sea hora de abrirlo a nuevas ideas para que encaje.

Conclusión: es mucho mejor pensar el por qué sí, que el por qué no.

(Basado en 11 Ways to be a better roleplayer, Look Robot)

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